Desde la cárcel el «Chapo» Guzmán planeó con Estados Unidos el secuestro del «Mayo»

Por órdenes de Joaquín el «Chapo» Guzmán, su hijo Joaquín Guzmán López pactó con varias agencias estadunidenses su entrega y la del «Mayo» Zambada a cambio de beneficios para él mismo y su hermano Ovidio Guzmán. La historia se gestó hace cerca de un año.

Por Luis Chaparro | Foto: Benjamín Flores |Proceso |lunes, 4 de noviembre de 2024 · 05:00|WASHINGTON, DC.– Hace cerca de un año –la fuente no logra poner fecha exacta–, al narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán se le permitió enviar una carta a México por medio de sus abogados. La misiva iba dirigida al mayor de los hijos que engendró con Griselda López: Joaquín Guzmán López.

En ella, según relatan a Proceso dos fuentes del gobierno federal estadunidense y dos más dentro de la propia familia Zambada, el Chapo enviaba una extraña instrucción: “Tú ya sabes quiénes son los objetivos. Ya sabes qué hay que hacer”.

Lo que ordenaba en aquella carta era precisamente el secuestro de su compadre Ismael el Mayo Zambada para entregarlo a las autoridades estadunidenses y así poder negociar una serie de beneficios tanto para Joaquín como para Ovidio Guzmán López, otro de sus hijos.

De estos dos hijos del Chapo, Joaquín Guzmán López es quien menos cargos enfrenta en Estados Unidos y quien podría salir de la cárcel en menos tiempo. Esto lo sabía el Chapo y lo que buscaba era justamente aprovechar esa circunstancia, indican las fuentes consultadas.

La estrategia del Chapo, según las fuentes, era la siguiente: si Joaquín se entregaba a cambio de liberar a Ovidio, los dos podrían salir pronto de prisión.

Pero para eso Joaquín necesitaba entregar a alguien importante, a alguien que para Estados Unidos fuera lo suficientemente valioso. ¿Y quién mejor que Ismael el Mayo Zambada?

Por medio de una carta, el Chapo le ordenó a su hijo Joaquín lo que serían sus siguientes pasos: contactar a las agencias de Estados Unidos, planear su entrega, traicionar al Mayo y liberar a Ovidio.

La trampa en la que cayó el escurridizo narcotraficante Mayo Zambada la planeó el Chapo y la operó la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI, por sus siglas en inglés). Así lo relatan a Proceso dos fuentes de una agencia federal estadunidense una tarde de septiembre en un hotel de Arizona.

Explica el agente, quien pidió no revelar ni su nombre ni su cargo dentro de la agencia:

La idea fue de Joaquín (Guzmán López), fue quien se contactó con nosotros para entregarse, pero él ya tenía el plan de traerse a alguien más que no fuera de su familia.
De acuerdo con lo expuesto por las fuentes (más tarde corroborado por una fuente más dentro de la facción de Los Chapitos), Joaquín habría ofrecido entregarse voluntariamente, pero requería de garantías de seguridad y de que su hermano Ovidio obtuviera beneficios en su sentencia.

“Él sabía que no iban a librar la cárcel, pero pidió que les diéramos beneficios. Pidió beneficios para los dos, para él y para Ovidio”, dice la fuente.

Las fuentes dentro de la agencia federal que hablaron con Proceso reconocen desconocer si esos beneficios realmente se le otorgaron a ambos, pero aseguran que lo que la HSI prometió lo cumplió “a cabalidad”.

“Lo que prometió la HSI fue que el operativo para que se entregara Joaquín y se trajera al Mayo iba a salir limpio. La HSI operó al piloto y la aeronave y los permisos para entrar a Estados Unidos y aterrizar”, explica la fuente.

“Estos aviones los llamamos covert, es decir, encubiertos. Son aviones que por más que le busques no va a salir su registro original, son de la HSI y están registrados y licenciados a través de empresas encubiertas”, detalla Óscar Hagelsieb, quien hasta el pasado 2023 lideró la oficina de la HSI en Ciudad Juárez.

Hagelsieb expone que la agencia no promete beneficios, pero que esos beneficios que pudo haber negociado Joaquín Guzmán López se hicieron entre la agencia, sus abogados y la aprobación de la Fiscalía General de Estados Unidos…

Fragmento del texto principal publicado en la edición 0017 de la revista Proceso, correspondiente a noviembre de 2024, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.

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